Me gusta llamarte, hombre, en mis sueños;
sentir que respiras el aire bebiendo.
Me gusta tocarte siempre los labios,
amarte hasta vaciar el mío pecho.
sentir que respiras el aire bebiendo.
Me gusta tocarte siempre los labios,
amarte hasta vaciar el mío pecho.
Y me uno a vos, hombre, con un nudo| que es simple y disuelve cadenas,| las cadenas viejas de nuestros ancestros,| de rituales blancos, de ciegos y tercos.|| Porque es nuestra sangre de color rojo, fuego,| que no quiere morir ni perder en el juego.| Quiere arrebatarse en enfrentamientos,| romper las caretas y crear lo que es cierto.|| Te siento tan cerca, hombre, somos tan| hermanas almas, tan de a dos perfecto| que no quiero irme, que el fin yo no veo| si no es junto a tí
|210308|dormir en un quieto lecho.||